Necesitamos más profetas. Es una inquietud que me viene a la mente al comparar estos tiempos con el de la génesis del Hip-Hop. Antes, existían distintos emcées que, aunque no poseían las mismas herramientas de producción y calidad que hay en la actualidad, buscaban la forma de engancharnos a través de su lírica, o su juego de palabras, o su flow, o su carisma de líderes que soltaban cada vez que una canción de ellos aparecía. Existen todavía algunos, pero opacados por la fama de otros, la cual la industria ha sido bastante benevolente. Remontándonos a sus inicios, existía Chuck D. que, aunque actualmente tiene uno de los proyectos más blandos en la forma de Prophets of Rage, en su tiempo fue un letrista bastante irreverente y alabado; existía KRS-One, con una destreza envidiable en el micrófono y unas letras que revelaban al ignorante los problemas no vistos alrededor de su sociedad; existía Big Daddy Kane, cuyo flow y carisma hablaban por él de una manera asombrosa. Estos son algunos de los primeros, con otros continúandoles el paso como: Eminem (Antes de que le dejara de importar lo que lanzára), Dr. Dre, Nas, Tupac Shakur, Notorious B.I.G. y, en planos más subterráneos, Big L.
No con esto me refiero a que ya no existen estos personajes; existen, pero en muy escasos casos. Por ejemplo, Kendrick Lamar sería su vocero principal, siguiéndole otros como J. Cole, Tyler, the Creator y Earl Sweatshirt, como diría en parte A Tribe Called Quest en el single "Dis Generation" de su último disco. Los demás populares, son decepcionantes en casi su mundo completo, con los tópicos cada vez más monótonos y los ritmos y producción, cada vez más idiotizados. Sin embargo, y si se investiga lo suficiente, podemos notar a unos emcées que, mientras la fama no juega a su favor, su calidad es su bandera en estos años recientes. Hace un tiempo, escribí acerca de Open Mike Eagle, el cual es uno de los letristas más ingeniosos en su terreno, pero que, a su vez, casi nadie habla de él como se debería. Una lástima porque el tipo tiene demasiado talento. Como también, cierta lástima me genera el rapero de esta entrada.
El joven Rory Ferreira, comúnmente conocido como milo, es un punto y aparte en el panorama actual del Hip-Hop, inclusive para los cercanos a su estilo. Dotado de una mentalidad universal, con tópicos que involucran en su juego de palabras a distintas mitologías, personajes de ficción, autores, que van de los famosos a los más oscuros, Rory se alza como un ser bizarro en el sentido anglosajón de la palabra. Un muchacho que posee una mente de filósofo que, como tal, no logra ser aceptado por una multitud. Sus dos discos anteriores, lo vieron pasar de un intento por llamar la atención en a toothpaste suburb (2014) hasta crear una obra un tanto mejor producida, pero con toques de su inteligencia que no lo hacían totalmente accesible en un surrealista So the Flies Don't Come (2015). Esos, aparte de unos mixtapes estrenados anteriormente, le dieron una madurez a milo que le sirvió para generar su, hasta la fecha, y a la opinión de este humilde servidor, su trabajo más completo e interesante, Who Told You to Think??!!?!?!?! (2017).
Aquí, milo no se aleja de su originalidad ni de su enorme conocimiento; sigue siendo un alienado dentro de su comunidad. Lo que hace que éste, su tercer álbum hasta el día de hoy, destaque sobre los otros es su confianza mostrada. Tenemos quince tracks, cada uno con unas letras crípticas que a más de uno los dejará confundidos, con una ambientación musical espacial, que nos transporta a su mente; mente que reside en una constelación totalmente ajena a la nuestra. Hay crítica a su sociedad actual; a la comunidad actual; hay dedicatorias (Como a su padre y a su esposa); hay una determinación en ser un estandarte en su visión abstracta del mundo; él no se vende, sino que crea una realidad, comprometida a sus ideales, que busca atraer a otros como él para conocerlo y tratar de entenderlo (Porque nadie lo hará a fondo). Vemos personajes tan diferentes el uno del otro siendo nombrados, como los casos de los escritores Vladimir Nabokov y Charles Bukowski; los actores Wilmer Valderrama y Bill Nuun; y al músico de Jazz Ornette Coleman, por nombrar algunos, poblar este trabajo entre sus rimas o en los títulos de algunos de sus tracks.
La Wikipedia podrá no ayudarlos del todo a resolver este enigma de disco ante tantas referencias y esa sería su única desventaja, aparte de unos rellenos que aparecen allí que no terminan de convencerme. Es críptico; es distinto; puede ser aburrido para muchos, que gustan más de la actitud más desafiante o bailable de esta corriente urbana, pero quedas asombrado por la habilidad y el conocimiento de este joven emcée. No sé si milo llegará a ser un profeta, pero, en su manera de ver las cosas, en su distinción ante el resto de la comunidad y en su forma de calar ante unos pocos, al menos, para mí, ya es un filósofo en un mundo cada vez más dopado de la superficialidad.
Nota: 8/10
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