Realmente, a veces me pongo pruebas difíciles de soportar. Son días y días de análisis de, en algunas ocasiones, cierto tipo de música que no logra calar conmigo. Ni siquiera soy amistoso a ella. El Trap es un estilo que (El que me ha leído sabrá de esto) no es mi taza de té favorita. Es una corriente que, a mi parecer, ha creado más bestias sin talento que genios musicales. Y no, no me importa lo que digan las diferentes publicaciones que alaban este estilo; es un género en donde no hay mucho que aprender, ni que disfrutar últimamente.
Recientemente, entre mi cronograma laboral, los otros álbums que estudio y mis variadas lecturas, me he propuesto a escuchar algo que no vaya conmigo para así poder aclimatarme más a los distintos géneros y, quién sabe, quizás encontrarme algo que, al final, logre hacerme un fan. Esto puede ser tortuoso de vez en cuando. No sé qué pasa por mi mente cuando decido esta clase de cosas. Bien, el punto al que vinimos es que me he puesto a escuchar a Future recientemente. No, no vivo debajo de una roca; sé quien es Future. Lo que sí no hacía era seguirlo fervientemente. Su música, como tal, no me ha llamado mucho la atención desde su debut a principios de esta década. Lo primero que, realmente, me gustó de él fue el single "Mask Off" del año pasado, el cual sí se me pegó bastante por un tiempo. De vez en cuando lo sigo escuchando. Pero, lo que son sus discos y sus miles de canciones, no las he podido escuchar nunca. Como he dicho, el Trap no es lo mío, pero, aún así, me puse a revisar algunas de sus más comentadas canciones y, para sorpresa mía, me encontré varias que son buenas. Nada exagerado, pero sí, son buenas. Su trabajo DS2 (2015), el cual sería el tercero en su catálogo, es lo que más me ha agradado en lo que se refiere a discos. El único completo que realmente pude escuchar. No me malentiendan; he oído tantas canciones de él últimamente que escuchar los álbums sería como volver a oírlos de nuevo y... ya mis sentidos no dan para más.
Este año que pasó, Future decidió estrenar dos trabajos. Ambos bien recibidos por los medios especializados. Ambos no tenía ganas de escucharlos. Al final, me atreví a oír el primero de los dos hace muy poco, Future (2017), que contó con la ayuda de los ya bastante aclamados productores de este género Metro Boomin, Southside y DJ Khaled, por nombrar a algunos. El éxito del disco fue casi instantáneo y le atrajo muchos elogios al rapero. Sin embargo, y aunque no soy nada importante en comparación con revistas musicales y críticos enormes, mis elogios no son del todo gratos.
Les explico; en mi caso, este trabajo no es tan bueno. Aquí lo admito. Me dejé llevar por "Mask Off", que venía aquí, pensando en que iba a ser algo más llamativo y, desgraciadamente, lo que obtuve fue poco más de una hora de un rapero balbuceando sus letras con una producción un tanto inconsistente. Sé que Future fue uno de los que empezó a propagar este estilo y el Mumbling Rap que, sinceramente, es una de esas tantas etiquetas inútiles, pero... esto debe parar. No sé cómo alguien podría sentirse atraído por una música de un tipo que no se le entiende mucho lo que dice y cuyas letras no son nada difíciles de elaborar. Es un estilo que trata de ser más vulgar y violento, abandonando las nociones musicales o, siquiera, mentales. Pitchfork y otras revistas lo llamaron "genio" hace unos años cuando comenzó a hacer colaboraciones con Drake y Pharrell. Si él es un genio, entonces yo debo de ser Nikola Tesla o Jorge Luis Borges.
Nota: 3/10
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