Podría decirse que uno de los géneros más vandalizados de la actual Era es el Reggaeton. Es un hecho. Desde el simple aficionado hasta profesionales médicos especializados en materia psicológica, todos concuerdan en que el género, más que ser uno de los tantos sabores auditivos para la diversión, es un estilo que pone "bobo" al que lo escucha poco a poco. Yo diría que es un tanto exagerado decir eso en muchos casos, pero, en otros, no podría decir lo contrario. Y es que desde su nacimiento, el género ha sido muy mal visto por sus letras misóginas e incorrectas y su estructura compositiva tan básica. Un estilo de baile en donde el contenido lírico no importa, salvo para escandalizar. Daddy Yankee, Tego Calderon y Don Omar, de los que me acuerdo que son los primeros que oí, solo justifican las acusaciones, sobre todo los dos primeros. Y, para colmo, en vez de darse a respetar un poco más, lo que hacen es que cada año se vuelve peor que el anterior en lo que se refiere a este tema. La influencia del Trap lo ha dañado mucho más, con letra y calidad yéndose a la basura. Si hay algún seguidor de esta corriente, que me disculpe; pero, la realidad es esa. El Reggaeton es un género que, si antes era apenas salvable, ahorita está en el piso. Aunque... puede haber alguien que lo salve.
Residente, o René Pérez, es un rapero puertorriqueño cuya fama vino por ser miembro del grupo Calle 13 desde mediados de la década pasada. El single "¡Atrévete-te-te!", cuyo video fue estrenado en MTV en un especial que la banda Placebo estaba presentando, mostrando lo que se venía para el año 2006, se volvió un éxito instantáneo, catapultándolos al estrellato y al reconocimiento de la gente. Ese y una cantidad de singles más sólo pusieron al dúo o trío (No los sigo totalmente desde sus comienzos, salvo por los singles donde aparecía nada más el dueto. Me quedé sorprendido cuando apareció la tercera pieza) en los pedestales más altos de la música Urbana. Siguieron cosechando hit tras hit hasta que, en el 2014, el trío decidió tomarse un descanso, asumo yo, para incursionar en otros proyectos.
Ahora, muchos de ustedes dirán que Calle 13 han ido más por el Hip-Hop que por el Reggaeton; en parte, es verdad. Pero, con la fama de sus primeros singles y la mezcla rara de música que siempre han aportado, el reggaeton, como base, sigue ahí, el asunto es que no tan notorio como en otros artistas ni tan genérico. La realidad es que, aunque no sea una corriente de mi agrado, el trabajo de Residente es uno de los pocos que respeto. La amalgama de influencias que trae, más sus letras que, honestamente, son de las mejores del género, hacen que lo separe de los otros. Es una maquina interminable de líricas con un modelo musical que trae recuerdos de Manu Chao por su cruza de culturas. Y son esas culturas las que conforman este disco.
Residente (2017), el trabajo debut como solista de René, viene luego de averiguar de que poseía raíces de alrededor de diez países del Mundo a través de una prueba de ADN. Sí, una historia extraña. Su árbol genealógico es bastante complejo. Pero, por complicado que sea el asunto de explicar, el hecho es que, al enterarse de la misma, él decidió viajar a cada uno de esos países y hacer este trabajo, aparte de un documental, el cual ahora tendré que ver. Trabajando con músicos como Soko (Cantante y actríz francesa muy recomendable), Lin-Manuel Miranda (Fama del musical Hamilton) y Omar Rodríguez-López (Distintos proyectos; Mars Volta y At the Drive-In siendo los más reconocibles), por decir algunos, René creo un álbum que, para los estándares de la música latina actual, suena como el caos que tiene desde su linaje.
Todo este proyecto es golpeante, con sus percusiones enormemente directas y con su estilo alocado que lo caracteriza desde que se hizo conocido. Vemos un festival colorido de culturas y aprendizajes con influencias provenientes de múltiples continentes. Es un compendio de estilos que, al pensarlo, uno diría que la mezcla de todo no resultaría nada buena y, sin embargo, aquí todo se encuentra bien posicionado. La secuencia de inicio por parte de Lin-Manuel Miranda y la continuación por parte de René en "Somos Anormales" le dio el puntapié clave al disco, con sus ritmos latinos y su lírica sirviendo como bienvenida a la aceptación de cada una de las razas del Mundo. Eso me dejó boquiabierto, ya que no pensaba que iniciaría tan bien. El tema "Una leyenda china" no me gustó demasiado, pero sus siguientes tracks están entre mis favoritos del álbum en la forma de el relleno "Interludio Haruna Fati", "Dagombas en Tamale" y, el punto que, a mi parecer, brilló más en el trabajo; "Desencuentro". René logró hacer uno de los pocos tracks calmados de la obra en donde vemos al rapero combinar su estilo con una Chanson romántica junto a la tierna voz de Soko cantando casi todo en francés. De todo el trabajo, esto es lo que recuerdo más por lo distinto que sonaba en comparación al material que ha hecho el rapero, tanto solista como en grupo.
Si noté que, a mi parecer, el disco pierde un poco la fuerza con la que comenzó poco después de la segunda mitad. No es por alguna falla técnica ni nada, sino que sus últimos tracks no me ganaron completamente como el caso de los primeros por cuestión de gustos nada más. Por lo demás, esta es una obra que me impresionó bastante ya que, honestamente, no planeaba ni escucharla y, al final, terminó por darme un muy buen rato. Residente mostró en el 2017, con este trabajo, un lado más consciente y maduro que jamás había visto de él. Entiendo el por qué de esas comparaciones con Manu Chao; este tipo está elevando nuestra cultura latina con mucho arte y estilo. Si tuvieramos más exponentes en la escena urbana como él y no músicos urbanos como Maluma, J Balvin o Bad Bunny, sería un mejor lugar. Disco recomendable. El mejor disco del género Urbano latino del 2017.
Nota: 6/10
Todo este proyecto es golpeante, con sus percusiones enormemente directas y con su estilo alocado que lo caracteriza desde que se hizo conocido. Vemos un festival colorido de culturas y aprendizajes con influencias provenientes de múltiples continentes. Es un compendio de estilos que, al pensarlo, uno diría que la mezcla de todo no resultaría nada buena y, sin embargo, aquí todo se encuentra bien posicionado. La secuencia de inicio por parte de Lin-Manuel Miranda y la continuación por parte de René en "Somos Anormales" le dio el puntapié clave al disco, con sus ritmos latinos y su lírica sirviendo como bienvenida a la aceptación de cada una de las razas del Mundo. Eso me dejó boquiabierto, ya que no pensaba que iniciaría tan bien. El tema "Una leyenda china" no me gustó demasiado, pero sus siguientes tracks están entre mis favoritos del álbum en la forma de el relleno "Interludio Haruna Fati", "Dagombas en Tamale" y, el punto que, a mi parecer, brilló más en el trabajo; "Desencuentro". René logró hacer uno de los pocos tracks calmados de la obra en donde vemos al rapero combinar su estilo con una Chanson romántica junto a la tierna voz de Soko cantando casi todo en francés. De todo el trabajo, esto es lo que recuerdo más por lo distinto que sonaba en comparación al material que ha hecho el rapero, tanto solista como en grupo.
Si noté que, a mi parecer, el disco pierde un poco la fuerza con la que comenzó poco después de la segunda mitad. No es por alguna falla técnica ni nada, sino que sus últimos tracks no me ganaron completamente como el caso de los primeros por cuestión de gustos nada más. Por lo demás, esta es una obra que me impresionó bastante ya que, honestamente, no planeaba ni escucharla y, al final, terminó por darme un muy buen rato. Residente mostró en el 2017, con este trabajo, un lado más consciente y maduro que jamás había visto de él. Entiendo el por qué de esas comparaciones con Manu Chao; este tipo está elevando nuestra cultura latina con mucho arte y estilo. Si tuvieramos más exponentes en la escena urbana como él y no músicos urbanos como Maluma, J Balvin o Bad Bunny, sería un mejor lugar. Disco recomendable. El mejor disco del género Urbano latino del 2017.
Nota: 6/10
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