No tengo ni idea si se me ha notado esto a través de mis escritos en este blog, pero soy una persona de poca empatía. No, no soy una roca; tengo emociones como cualquiera. Lo que pasa es que soy muy duro en sacarlas. Mis emociones salen cuando veo algo que me impresiona bastante. Pongamos un ejemplo en la temática principal de esta página: La música. Me shockean bastante muchos trabajos a nivel emocional, sea porque es una obra bastante deprimente, como el álbum de Nick Cave del año... anterior al que acaba de terminar, o porque es demasiado hermosa para, a veces, describir con palabras, como mucha de la música de Godspeed You! Black Emperor, no por cualquier historia Emo de "nadie me quiere, todos me odian" o algún cliché romántico, como el caso del disco que traigo en esta entrada: Soft Sounds from Another Planet (2017).
Muchas historias románticas son interesantes. De eso estamos claros. El problema es cuando la historia romántica en cuestión es de algo que puede parecer emocionante o atractivo para la persona que le pasó, más no para los demás. Siempre hemos tenido alguna anécdota que a uno le encanta, pero a los demás no tanto. Esa sensación la tuve al escuchar este trabajo, el cual es el segundo disco de este proyecto llamado Japanese Breakfast.
Japanese Breakfast es la creación de la cantautora Michelle Zauner, quien decidió comenzar a autoexplorarse y escribir canciones como una manera de expresar sus emociones. Todo esto en el tiempo en donde atendía a su madre por un cáncer que le habían diagnosticado. No es una artista totalmente novata debido a que ha estado en otras bandas, con estilos que están entre el Indie Pop y el Emo, de los cuales Zauner tomó influencias en su música, la cual ha sido descrita por críticos como Lo-Fi o hasta Pop Experimental.
Su debut, Psychopomp (2016), me pareció bueno, interesante y con carácter. Era dulce y sonaba un tanto retro, pero la música atrapaba bastante. Eso, complementado con la duración escasa del disco, lo hacían una rápida experiencia. En cambio, éste segundo disco me decepcionó un poco porque se convirtió en otro de esos tantos trabajos que han salido este año con temáticas personales y románticas. Como si de por sí no existieran ya tantos discos de esa forma. Son de esos que la prensa especializada adora por verlos como un trabajo introspectivo por parte del artista. Algo profundo y poderoso cuando, a mis ojos, es música aburrida y plana en todos los aspectos.
Claro, este segundo trabajo si tuvo algo que me gustó bastante y ese fue su primer track "Diving Woman", en donde se notó una ambición que Zauner no tenía hasta la fecha. La composición mezcla elementos del Indie Pop y el Dream Pop, como también del Shoegaze, haciéndote ignorar las letras y enfocarte en su ambiente dulce y etéreo. Era el camino que debía seguir este proyecto. De resto, salvo una que otra pista interesante, como "Boyish", la cual toma elementos antiguos del Pop, haciéndolo sonar como si fuera del tiempo de las Ronettes y Phil Spector, no hay nada totalmente destacable. Es un álbum que comenzó como si fuera de otro planeta y terminó siendo un álbum terrícola y aburrido, exceptuando esos dos tracks. Me molestó bastante esto porque con esa primera pista marcaban un comienzo favorable para el disco hasta que cayó en los conocidos temas románticos de este año.
Nota: 5/10
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