Algunas veces en la vida, necesitamos la ayuda de las personas más queridas cuando llegamos a un punto en donde hemos tocado fondo; esto sucedió con Jason Isbell. Siendo un músico que desde joven fue visto como un prospecto brillante en la música, específicamente en el Country y en la Americana, conoció a leyendas que lo tomaron bajo su ala. Uno de ellos fue el padre del miembro de la banda en donde él estaría en un futuro, Drive-By Truckers, Patterson Hood. Que, por cierto, si no los conocen, debo decirles que son uno de los exponentes más grandes del género Country en la década pasada, repletos de buenas letras y buenos álbums. Recomiendo principalmente su disco The Dirty South (2004).
En fin, estando en ese grupo, Isbell cosechó bastante fama entre los aficionados de ese estilo. Estuvo allí desde el 2001 hasta su salida en el 2007. Se dijo que su salida fue "amigable" y, en cierto modo, lo fue, ya que la culpa no fue del grupo, sino de él: Sus demonios lo estaban matando. Isbell, durante su estadía con los Truckers, se aferró al alcohol y a las drogas, dañando no solo su vida persona, sino también a sus amistades. Eso llevo a su salida. Se casó varias veces y, en el actual matrimonio, se sometió a una desintoxicación, todo esto debido a múltiples razones; la pérdida de amistades, su nuevo amor y el nacimiento de su primera hija. Podemos decir que, a través del amor, se puede todo; Isbell se rehabilitó y, desde el 2013, ha sacado disco tras disco, recibiendo aclamos por la crítica con temas que tratan acerca de sus reflexiones ahora que ve la vida de un modo distinto.
El country no es mi género favorito. Es más, siendo sinceros, no me gusta escribir mucho acerca de este género porque siento que no se me da. De rock, de Jazz, de Hip-Hop, de Electrónica, de Metal... De todo eso sé, pero el Country es un punto débil en mi. Sin embargo, la historia de este músico me llamó la atención, aparte de su elevación por los conocedores del género, así que decidí probar a ver qué me encontraba.
Al final, resultó que su música me pareció muy buena. Los discos que he escuchado son bastante consistentes. No se siente que falla en ninguno. Aquí, en The Nashville Sound (2017), acompañado por la reformada 400 Unit, con músicos del area de Alabama, Isbell continúa mostrando calidad en sus composiciones. Plagado por los toques Country que no despiertan mucha emoción en mi, Isbell se eleva como letrista, contando muy buenas historias y mostrándonos lo que es, para él, vivir una nueva etapa ahora sobrio, con su hija y su esposa, aparte de sus puntos de vista políticos. Canciones como "Cumberland Gap", donde relata su lucha con las adicciones, "White Man's World", "If We Were Vampires" o, la que considero la mejor del disco sin dudas, "Anxiety" son de los tracks más destacables y claves en el disco. Su influencia de músicos como Neil Young y Bob Dylan pueden percibirse. Todo tiene ese toque añejado y clásico sin sonar gastado que cautivará a los seguidores del estilo.
Quizás no sea un seguidor ferviente del género, pero recomiendo este disco a quien le guste realmente y hasta a los nuevos que quieran sumergirse en esto. Buenas letras, buena música y una producción destacable es suficiente para agarrar a quien sea. Me alegra la nueva vida de Isbell y me gustaría seguir escuchando cosas nuevas de él.
Nota: 6/10
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