Joey Badass es un rapero que llegó a la fama a sus diecisiete años en Junio de 2012 con el lanzamiento de su mixtape debut, 1999 (2012). Ese mixtape atrajo tanto a la fanaticada como leyendas de la industria que empezaron a reconocer al muchacho por lo bueno que era; tanto en sus letras como en su estilo, ya que, al escuchar el mixtape, se oye muy de la vieja escuela; de los años 90s, tanto en sus beats, como en la manera de ambientarlo todo lírica e instrumentalmente, trayendo de vuelta el Boom Bap -subgénero del Hip-Hop de esa década-.
De ahí, comenzó a lanzar mixtapes y un primer disco titulado B4.DA.$$ (2015), el cual contaba con colaboraciones de J Dilla, The Roots, MF DOOM y su propio colectivo Pro Era. Básicamente, el muchacho tenía talento y muchas personas que veían en él algo muy especial.
En mi caso, reconozco que Joey Badass tiene de algunas de las mejores letras en la actualidad. El muchacho sabe escupir muy bien sus rimas en sus trabajos anteriores con aspectos como su relación con las drogas, lo que es vivir en los barrios más peligrosos, el compañerismo en su ya mencionado colectivo, relaciones amorosas y situaciones diarias, dando a demostrar una pasión por las letras que ha ido evolucionando con el paso del tiempo. La cosa es que mi problema con él es que no siento que haya despegado artísticamente; mientras me gusta una que otra canción de él, todavía creo que no ha dado a demostrar, en el aspecto musical, algo que lo diferencie del resto. Yo escucho a un muchacho con muy buenas rimas, pero con unos beats que quedan en el olvido en el mayor de los casos.
Ahora, en 2017, Joey Badass lanzó su segundo álbum titulado ALL-AMERIKKKAN BADA$$ (2017), en el cual se distancia de la mayoría de la lírica de otros álbumes para meterse más de lleno en los temas sociales. Este disco está cargado de rabia y frustración por parte del afamado Emcee. De por sí, el título del álbum es un juego de palabras con el Klu Klux Klan.
Hay una cantidad de pistas que muestran temas diversos como la discriminación ("TEMPTATION"), la encarcelación de masas ("LAND OF THE FREE"), sus problemas antes de llegar a la fama ("DEVASTATED"), su identidad y la de los afroamericanos ante su País ("Y U DON'T LOVE ME? MISS AMERIKKKA") y hasta su espiritualidad ("LEGENDARY"). Básicamente, hay algo de todo en su lírica oscura.
Musicalmente, es el mayor defecto del disco. Aunque Joey Badass se ha apartado de tomar tantos samples de otros raperos y/o productores, y ha hecho uno que otro ritmo aceptable, la mayoría de sus beats en este disco son bastante genéricos. Son el punto débil del disco. Es un disco que te agarra por la letra más no por la música. Incorporó algo de Pop y Dancehall a sus beats, lo que ha muchos fanáticos originales no les ha gustado, ajustándole el calificativo de "vendido" que tanto ronda en la actualidad, pero en mi caso, no es por el calificativo como tal que no se ajusta a mi, sino que la inclusión de esos dos géneros hace sentir el álbum más débil que los anteriores. Hace inconsistente que haga rimas tan socio-políticas y cargadas de frustración con una música tan relajada.
Si hablamos de mi pista favorita del disco, no sólo lírica sino musicalmente, sería "ROCKABYE BABY". La canción es un golpe directo con un beat agresivo mezclado con un bajo profundo y un toque de piano chillón y perturbador, dándole un toque Hardcore. La colaboración con Schoolboy Q es la más fructífera de todo el disco. Esto es lo que uno pide en un disco en contra de la política; ningún Slow Jam o inclusión de Jazz, simplemente un Beat crudo en donde el Emcee escupa fuego. Eso es lo que me llama más la atención.
En conclusión, Joey Badass lanzó un disco cargado de temas políticos, pero inconsistente en lo musical. Salvo la pista "ROCKABYE BABY", lo demás del disco no diría que es malo, pero tampoco voy a decir que es grandioso; simplemente, está ahí. Es un disco que es de fácil escucha y, si lo vuelvo a reproducir, no me molestará, pero si hablamos de canciones memorables, no hay nada impactante.
Nota: 6/10
Musicalmente, es el mayor defecto del disco. Aunque Joey Badass se ha apartado de tomar tantos samples de otros raperos y/o productores, y ha hecho uno que otro ritmo aceptable, la mayoría de sus beats en este disco son bastante genéricos. Son el punto débil del disco. Es un disco que te agarra por la letra más no por la música. Incorporó algo de Pop y Dancehall a sus beats, lo que ha muchos fanáticos originales no les ha gustado, ajustándole el calificativo de "vendido" que tanto ronda en la actualidad, pero en mi caso, no es por el calificativo como tal que no se ajusta a mi, sino que la inclusión de esos dos géneros hace sentir el álbum más débil que los anteriores. Hace inconsistente que haga rimas tan socio-políticas y cargadas de frustración con una música tan relajada.
Si hablamos de mi pista favorita del disco, no sólo lírica sino musicalmente, sería "ROCKABYE BABY". La canción es un golpe directo con un beat agresivo mezclado con un bajo profundo y un toque de piano chillón y perturbador, dándole un toque Hardcore. La colaboración con Schoolboy Q es la más fructífera de todo el disco. Esto es lo que uno pide en un disco en contra de la política; ningún Slow Jam o inclusión de Jazz, simplemente un Beat crudo en donde el Emcee escupa fuego. Eso es lo que me llama más la atención.
En conclusión, Joey Badass lanzó un disco cargado de temas políticos, pero inconsistente en lo musical. Salvo la pista "ROCKABYE BABY", lo demás del disco no diría que es malo, pero tampoco voy a decir que es grandioso; simplemente, está ahí. Es un disco que es de fácil escucha y, si lo vuelvo a reproducir, no me molestará, pero si hablamos de canciones memorables, no hay nada impactante.
Nota: 6/10
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