Animal Collective, de una forma u otra, siempre han tocado el tema de la inocencia. Desde su primer trabajo, del tiempo en donde eran un dúo, el factor de la niñez ha jugado parte esencial en su música. El juego de sonidos, que en algunas ocasiones puede sonar abrasivo, hay puntos donde suenan nostálgicos o infantiles. Pareciera que el grupo quiere mostrarnos a través de cada lanzamiento su crecimiento, tanto a nivel personal como banda.
En este trabajo del 2007, la banda nos sumerge en una montaña de rusa de emociones a base de palabras y sonidos, en donde la experimentación ha decaído un poco para bien, dejándonos unos tracks que, a opinión personal, dejó a la banda en su mayor punto creativo. Irónicamente, mientras la banda ha bajado la experimentación, en parte uno asume que por falta de ideas, sus trabajos se han vuelto mejores con cada lanzamiento y, éste en específico es el que sobresale al comparar todos los trabajos previos.
El asunto con Strawberry Jam (2007) es que la banda ha madurado y llegado a un punto en donde la mayoría de sus excentricidades sonicas no perturban tanto al oyente, haciendo que uno se identifique más con sus ideas. Desde el opening "Peacebone", la banda capta tu atención con una melodía galopante y unos beats y azotes que suenan a latigazos en puntos combinados con el juego de voces que alternan entre lo normal y unos gritos desorbitantes. Y si eso no es suficientemente impresionante, observen esa transición entre los dos mejores momentos del disco: "For Reverend Green" y "Fireworks", dos canciones las cuales, aunque son las más largas del trabajo llegando a los seis minutos, son el momento combinado que define todo este trabajo, ya que Avey Tare hace su mejor demostración vocal hasta la fecha, alternando su forma de cantar entre lo suave y unos gritos que podrían haber venido de una banda de Screamo. Es increíble cómo inclusive la forma de cantar esas dos canciones se compagina tan bien con ese estilo psicodélico tan característico del grupo, sobre todo en la segunda, la cual sobresale por unas percusiones que van sin descando durante toda la grabación al ritmo de guitarra y un sonido ambiental que envuelve el disco. Por mucho, la mejor canción de la banda hasta la fecha y que me da la sensación que se inspiraron del trabajo solista de su miembro Panda Bear porque, aunque estructuralmente no son similares, ambos dejan como momento definitorio del disco una o unas canciones, en este caso, que combinada dura alrededor de doce minutos.
Lo demás del disco tiende a ser de bueno a deficiente, específicamente en canciones como "#1" y "Chores", las cuales no le llegan en calidad a las otras del disco. Aún así, este disco es el mejor que tiene la banda hasta la fecha. Por lo menos, yo lo considero así. El balance entre lo caótico y lo calmado en este trabajo es llevado de buena manera; no hay momentos en donde uno se harte a diferencia de lo anterior; la esencia de la banda se encuentra ahí, al tiempo que prueba con cosas nuevas. Es un trabajo definitorio para el grupo. Aunque su siguiente trabajo es resguardado como el mejor, para mí ésta es su obra maestra. Todo fluye muy bien y sus deficiencias tampoco son algo de qué quejarse como tal.
Nota: 8/10
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