A veces, uno necesita relajarse un rato. No escuchar nada bailable, nada pesado, nada que te haga sentir positivo, ni negativo; sólo una oportunidad de tirarte en algún mueble después de un largo día, poner a reproducir algún disco clásico y relajarte, quizás leyendo algún buen libro; quizás reflexionando de las cosas que viviste a horas tempranas; o quizás de tu vida en total. El nuevo trabajo del antiguo líder de la banda Pulp, Jarvis Cocker, y del músico electrónico canadiense Chilly Gonzales te inspira a hacer lo anteriormente mencionado.
Cuando escuché que estos dos artistas habían hecho una colaboración recientemente, pensaba que iba a ser un álbum electrónico debido al género de Chilly Gonzales. Pensaba que sería Cocker adaptándose al estilo del músico canadiense... Estaba totalmente equivocado. Lo que es más, decidieron hacer un álbum prácticamente clásico, con cierta semejanza en la música de Cabaret, logrando un arreglo definido entre la música de piano por parte de Gonzales y las letras ingeniosas de Cocker.
Esto es un trabajo basado en una estadía de Cocker en un hotel de Los Angeles llamado el Chateau Marmont; un hotel conocido por sus extrañas anécdotas con ciertos inquilinos. En el álbum se siente ese aire de nostalgia, con Chilly tocando el piano de manera elegante e íntima y Cocker desplegando su repertorio de letras inteligentes al ritmo de la tonada triste, contándote a través de la música su manera de ver cómo una simple habitación de hotel puede relacionarse tanto con una persona por el simple hecho de pedir una estadía, donde unos buscan una simple follada; otros el fortalecer una relación; otros alejarse del resto del mundo. Para ser un sitio tan simple a primera vista, puede ser mucho más que eso si te pones a reflexionar un poco.
Eso si, al momento de escuchar el álbum, se nota claramente que sus composiciones no suenan como un trabajo meticuloso, es más, te da una sensación como que estás escuchando los ensayos de las canciones del álbum, lo cual hace que no se sienta ninguna conexión con alguna melodía, a menos que cierta letra se quede contigo porque te haya recordado algo o te haga reflexionar con respecto a una anécdota similar.
En conclusión, es un experimento sólido, pero no hay nada destacable, aparte de las letras llenas de reflexión y un cierto toque de tristeza. Se puede escuchar más como una obra completa, de forma lineal, y no canción por canción. Si te gusta la música de cabaret o estás estresado/a, te invito a escuchar este álbum. Logrará quitarte mucho peso de los hombros.
Nota: 4/10
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