Mark Eitzel es uno de los casos raros en la música. Él siempre ha estado entre nosotros. Desde el año 1980, este señor ha estado en varios grupos, principalmente en American Music Club, una banda que existió en los años ochentas hasta 1994, donde se separaron. Volvieron en el año 2004 y hasta el día de hoy siguen. En lo que respecta a Eitzel, ha lanzado discos solistas desde 1996, si contamos los álbums, pero, de alguna u otra forma, él se ha vuelto uno de los perdedores queridos de la música. No le pongo este calificativo de forma insultante, sino que, aunque sus discos han tenido cierto reconocimiento de la crítica, nunca ha tenido ese álbum revelación que llegue a todas las masas.
En mi caso, no había escuchado de Eitzel hasta hace poco y, para sonar irónico, algo me decía que no escuchara este disco. No se por qué sentía cierta aversión hacia darle una oportunidad. Debo darles un consejo: Escuchen, vean, lean todo lo que puedan. Si no les gusta, denle un chance porque se pueden llevar una buena sorpresa. Esto me pasó a mi con este disco.
Hey Mr Ferryman (2017) es el primer trabajo que escucho de Eitzel y me dejó bastante impresionado. Contiene de las canciones más melancólicas y hermosas que he escuchado en lo que va del año. Su voz es una mezcla de un crooner y un susurro que jamás cansa; tiene ese no se factor especial que hace que lo escuches y te quedes ido en su voz, quizás por lo cálido de su sonido o porque sientes que escuchas una voz bastante experimentada hablándote de sus distintas maneras de ver la vida o sus anécdotas.
En lo que se refiere a la producción, se le pasa la mano algunas veces. La música, aunque a veces un poco exagerada o sofisticada para este disco, es una belleza. Su guitarra te lleva al Rock como a la música Folk. Posee cierto toque electrónico en la canción "An Angel's Wing Brushed the Penny Slots" que complementa bien esa canción. El disco tiene unas armonías muy reconfortantes y unos arreglos orquestales que le dan ese aire al LP de nostalgia y melancolía. En algunas canciones recordándome a una mezcla entre Richard Ashcroft en el tiempo de "A Song for the Lovers" y Elvis Costello.
Si buscas un disco con letras buenas este año, este es uno de los que tienes que escuchar. El tópico principal de este disco es la muerte; sea de una persona conocida o la propia. La canción que abre el LP "The Last Ten Years" es una de las más aceleradas con cierta onda Indie Pop y que trata de una conversación entre él y la muerte en persona. "An Angel's Wing Brushed the Penny Slots" es una letra que trata acerca de una mujer que se suicidó por alcoholismo (Digo yo) y que dejó a su esposo sumado en el mundo de las apuestas debido a la tristeza por su pérdida y la experiencia de él al ver su espíritu aparecérsele de frente. Refiriéndome a lo anterior, el tema del hotel es tratado en el disco de manera subliminal, ya que aparece también en "Mr Humphries", la cual trata de los últimos momentos de un señor de avanzada edad. Bastante conmovedora la canción. Pero, volviendo al hotel, creo que Eitzel lo implementó en el disco como una metáfora a que es un sitio de paso, al igual que esta vida.
En "The Road" suena a su propia vida, en donde él va por la carretera dando conciertos por distintos sitios, muchas veces en lugares pésimos, pero él sigue porque, al final, la música es su respuesta. Él, como cantante, también aparece como tópico en su canción "In My Role as Professional Singer and Ham", en donde, en cierta forma, relata su relación con la audiencia con la frase "cuando tú me ves, yo veo hacia otro lado".
Tiene de los momentos más románticos del año con "An Answer" y "Sleep from My Eyes", donde, en la primera, nos dice que el amor es lo que lo hace quedarse para buscar una respuesta a todo (Yo lo interpreté así) y, en la segunda, ya es el momento de descansar en los brazos de su amada (O una manera simbólica de la muerte, como quieran interpretarlo), ya que ahí es su hogar. Que me da cierta risa porque, justamente, yo le dije a mi novia esa frase hace poco sin saber que había una canción con ella. Ya se, soy cursi.
En conclusión, Mark Eitzel me ha dado una de las mayores sorpresas este año con un LP que posee una cantidad de canciones que no se sienten ni incómodas ni pesadas en ningún momento. La producción un poco excesiva en ciertas pistas es lo único bajo del disco, junto con las canciones "Just Because" and "Let Me Go" que disminuyen un poco el trabajo, no porque sean malas, sino que no alcanzan el nivel de las otras en el LP. Por lo demás, éste es uno de los trabajos más destacables que he escuchado en este año y me hizo un fanático automático del disco. Lo recomiendo totalmente. Vamos, que hasta el disco tiene una canción que se llama "La Llorona", que habla de la leyenda urbana. Es cool.
Nota: 8/10
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