Power Trip es un quinteto formado en Dallas, Texas en el año 2008. Desde su formación, la banda ha estado lanzando varios EPs y acumulando una fama underground por sus crudos y emocionantes conciertos con artistas que van desde Trash Talk hasta Deafheaven. De esta banda, realmente, no poseo mucha información, pero, lo que sí sé, es que la banda trata de colocar en sus discos esa sensación de ver un concierto de ellos en vivo, ya que ahí es donde la banda se luce; su música suena a fiesta, pero no a baile; sino a mosh pit, a hacer círculos y chocarte con fuerza contra el que tienes al lado. Es un sonido muy pesado y excitante.
En este primer lanzamiento de hace cuatro años Manifest Decimation (2013), la banda plasmó lo que ellos quieren dar a demostrar al mundo; una dosis fuerte, directa y desprolija de Thrash Metal. Es una banda que, desde la portada hasta su música, te recuerda a las primeras bandas de ese género de los años ochentas como Kreator o Slayer. Ellos infunden ciertos toques de Hardcore Punk en sus composiciones, lo que hace sus canciones más agresivas y rápidas. Si has escuchado al Slayer de los ochentas, sabrás a qué me refiero.
Sus letras hablan de política y religión, nada destacables en realidad por su simpleza, pero, aún así, te pegan justo en la cara de lo directas que son. La producción es sucia, literalmente, suena a Slayer en su primer disco; el sonido es mugriento y abrasivo en el buen sentido. Lo que diferencia al disco del estilo de los años ochentas, es el estilo vocal de su cantante Riley Gale que, de tanto gritar, pareciera que se fuera a quedar sin voz. Es insano lo agresiva que suena su voz en cada grabación.
Musicalmente, el grupo es acelerado, técnicos, aún entre todo el caos, y muy impactantes; son guitarras aceleradas, voces destrozadas y batería con blast beats muy potentes. En la apertura, que le da el título al álbum, comienzan con un sonido constante de guitarras fusionado con un tono de sintetizador que te hace pensar que estás oyendo un disco viejo y, en cierto modo, estás pensando bien. En "Heretic's Fork" canalizan, principalmente, el sonido de Motorhead en una de las canciones más rápidas de todo el disco. En "Conditioned to Death" son agresivos y brutales a lo Slayer en el tiempo de Reign in Blood con un solo de guitarra muy reminiscente a dicha banda en aquella época. El riff de "Power Trip" es potente y rudo. En mi opinión, el mejor del álbum. El cierre "The Hammer of Doubt" es una épica de alrededor de seis minutos que contiene todo lo que has oído del álbum y más; es un track super potente con la banda alcanzando su mejor momento en todo el trabajo.
Ahora, pasando a los puntos bajos del álbum, debo decir que el disco, aún con lo corto que es, se hace bastante repetitivo, más si eres de esas personas que no escuchan mucho este subgénero del metal. Es un buen disco pero muchas de sus canciones se oyen igual. La producción que, sé que lo hicieron a propósito para darle ese toque fangoso y retro al disco, a veces incomoda con su sonido. Si eres fanático del Metal ochentoso y no le prestas atención a la producción, entonces no tienes problemas y, probablemente, disfrutaras de este disco. Pero, en mi caso, yo soy más de este tipo de sonidos dependiendo mi estado de ánimo, no todo el tiempo me la paso escuchando música así. Hay veces en que este tipo de producciones a lo old school me resultan un tanto molesta al oído. Pero, ya eso es personal.
En conclusión, la primera entrega de Power Trip es, sin duda, un álbum en donde el grupo supo plasmar la sensación de ver uno de sus conciertos. El sonido del disco es para hacer mosh pit toda la noche. Sus riffs son sucios y pegadizos. La calidad de la producción y lo repetitivo del disco, aparte de que se escucha como si la banda realmente no rompiera el molde con su estilo, es lo que baja el estándar, para mí, al darle un rating. Aún así, es un álbum que te recomiendo escuchar si eres fanático del Thrash Metal o de la música de Metal de corte ochentoso.
Nota: 6/10
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