Entre el tiempo libre que se tomó Radiohead después de Hail to the Thief (2003) e In Rainbows (2007), Thom Yorke probó suerte en lanzar material solista. ¿Y por qué no? Ya él quería intentarlo para experimentar algo nuevo. Automáticamente, los rumores comenzaron a circular, diciendo que la banda se había separado cuando, en realidad, la banda le dió la libertad de hacerlo. Yorke enlistó a Nigel Godrich como su productor y se encargó de toda la interpretación de la música en el disco.
The Eraser (2006) es un trabajo de Yorke completamente electrónico y en donde las letras hablaban de temas como el cambio climático, el amor, el futuro de la humanidad y los temas politicos que siempre rodean a la discografía de Radiohead. El track más famoso y controversial en este disco es "Harrowdown Hill", que trata acerca de la muerte del Dr. David Kelly, un británico que habló en contra del Gobierno con respecto a unas armas de destrucción masiva en Iraq de manera extraoficial (Los delató, pues) con un periodista de la BBC, lo que causo que toda la atención se centrara en él hasta su muerte después de comparecer ante el comité parlamentario dos días después (Mucha casualidad). La muerte vino por suicidio pero, igualmente, se dijo que todas las evidencias fueran clasificadas por setenta años (Más casualidad). Yorke estaba muy molesto por eso, lo que hizo que denominara a ésta como "la letra con más enojo en su carrera". Es el momento más destacable en el álbum con un sonido muy ambiental y un bajo que le da el ritmo a la canción.
Otras canciones en el disco que también fueron destacadas fueron "The Clock", el cual habla de la mortalidad de las personas mientras utiliza sampleos de su voz y beats rápidos como dando semejanza a los latidos de un corazón; canciones con aire muy a lo Trip Hop como "Black Swan", con una guitarra con vibrato que complementa bien el beat de la pista, y "Skip Divided", que habla de la reacción de Thom Yorke al conocer mujeres, dándole mucho efecto a esto por su manera baja de cantar la pista a un ritmo muy a lo Massive Attack. "Cymbal Rush" también llama la atención; el track final del disco tiene una música ambiental que tiene toques Glitch, un piano de fondo y unos beats que le dan un aire de percusión que van creciendo a medida que pasa la canción. Lo demás del disco también me gustó pero no son canciones tan reconfortantes como las anteriores; son pasables cuando mas, pero no algo que vayas a llevar en la cabeza todo el día.
En conclusión, el experimento de Thom Yorke fue bastante fructífero en la mayoría de sus pistas, con otras que están ahí para completar la obra. Hay veces que escuchas el disco varias veces y esas otras canciones se vuelven aburridas para ser sincero. Aún así, es un disco recomendable.
Nota: 6/10
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