Uno de los mayores referentes del Rock Independiente a nivel Internacional en la pasada década y parte de esta es Arcade Fire. El ensamble canadiense atrajo las miradas del Mundo a un subgénero de música que ni siquiera era tomado en cuenta por gente que solo se la pasaban oyendo la música Pop en las radios. Su estilo, lleno de letras reflexivas y emotivas y acompañado por una combinación del Post-Punk y música de cámara, los hizo uno de los grupos más aclamados de estos tiempos. Era esa intensidad en todas sus actuaciones que terminaron de convencer al público. Su actuación en Jools Holland es un enorme ejemplo. Eran unos músicos (Multiinstrumentistas la mayoría) llenos de ideas innovadoras que abrazaban la oscuridad y la tristeza de perder a sus seres queridos como elementos claves en la emotividad de sus primeros trabajos.
Sus tres primeros discos, para muchos, son clásicos contemporáneos en la música y con el último de ellos, The Suburbs (2010), consiguieron inclusive el Grammy al Álbum del Año. Primera vez que un grupo Indie obtenía ese mérito. Su cuarta entrega, Reflektor (2013), los vió alejarse de su estilo clásico para incorporar influencias bailables en su repertorio que iban desde el Dance hasta la música haitíana que separó a muchos de sus fanáticos, quienes vieron el cambio del grupo con malos ojos. Para ser sincero, con respecto a ese disco, yo me emocioné enormemente cuando lanzaron el video de "Reflektor" y vi su cambio como algo fresco en ese entonces. La inclusión de David Bowie en esa pista me hizo perder la cabeza y la producción de James Murphy de LCD Soundsystem me pareció fantástica. Luego de escuchar el disco completo, me di cuenta que muchas de las pistas del grupo no llenaron las expectativas en comparación con sus trabajos anteriores y ya se sentían muy distintos a los originales Arcade Fire. La esencia se estaba desapareciendo.
Es esta entrega que vió hacerse realidad la pesadilla de muchos de sus fanáticos; Arcade Fire, en esta entrega, ha perdido su toque. Suena un poco excesivo lo anterior, y no creo que lo hayan perdido todo como tal, pero aquí no hay señales de vida (Quizás ese era el trasfondo de la canción de este disco "Signs of Life"). Arcade Fire incluyó en la producción a uno de los miembros de Daft Punk, al bajista de Pulp y a Geoff Barrow de Portishead y, aún así, no consiguieron siquiera rozar la calidad de su anterior lanzamiento. Aquí tenemos es una serie de pistas inconexas y llenas de letras que tocan temas fuertes de la manera más cursi posible. Arcade Fire pasó de ser la banda que hacía llorar a todo el Mundo con sonidos hermosos y letras realistas a ser una mala copia de ABBA aquí.
La producción del disco es decente y, salvo eso, no hay más nada que rescate a la banda de tener uno de los álbumes más decepcionantes del año. Canciones como "Signs of Life" y "Creature Comfort" no hacen más que dejarlos en ridículo. "Peter Pan" y "Chemistry" son las peores canciones que el grupo ha escrito hasta la fecha. "Infinite Content" suena a Punk y no tiene cabida en ningún sitio del disco. Es todo tan penoso y cursi. Uno se queda preguntando si no había nadie que les dijese que todo estaba mal en algún punto de las grabaciones. No decepcionaría tanto si la banda no tuviera estos antecedentes tan grandiosos. Espero que, en una próxima, la banda venga motivada a hacer algo que sea de calidad y sustancial para sus carreras; algo que no sea Everything Now (2017).
Nota: 4/10
Comentarios
Publicar un comentario