Bueno, honor a quien honor merece. Debo admitir no ser un fanático de One Direction; he escuchado un par de canciones, más no álbumes completo y, aún así, no puedo ser atrapado por las garras Pop de la famosa Boy Band. Para mi, existen. Pero en lo que se refiere al trabajo de este año de Harry Styles es algo que tengo que reconocer; es un debut sólido. Nada increíble, pero sólido.
Luego del tiempo libre anunciado de la Boy Band, o hiatus, o separación, o como quieran llamarlo, Harry Styles probó suerte lanzando este disco, el cual probó ser más de lo que podía esperar del británico. Es un disco que comprende diez canciones y con una duración de apenas cuarenta minutos; lo suficiente como para ser la carta de presentación de este cantante. En dicho disco, el cantante muestra su talento, balanceándose entre distintos géneros que van del Pop, Folk, Americana y Rock (Vamos, que le faltó Hip-Hop). Este eclecticismo mostrado por el artista le favorece en la mayoría de todas las composiciones, las cuales estan bien producidas y arregladas. Crédito al Director de Orquesta del disco.
No será un álbum que reinvente la rueda ni nada, pero es una muestra perfecta del talento que trae el británico que busca despegarse de la fama alcanzada por su grupo. No diré que es mi trabajo favorito del año, aunque debo admitir que mi impresión de él cambió luego de escuchar eso. Baladas como "Sign of the Times" son bastante diferentes a lo que uno espera de él. Ojalá y no se vuelva un Robbie Williams. Disco recomendable.
Nota: 6/10
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